Dragon Castle es un juego de tablero en el que hasta cuatro jugadores compiten por conseguir más puntos que nadie y colocar en el mapa su reino sobre todos los demás. Inspirado libremente en el mahjong, tiene muchos elementos que recuerdan al juego chino tradicional como la forma y el diseño de las fichas.

El majestuoso Castillo del Dragón ha sido siempre considerado como el centro de poder más antiguo e importante del reino. Bajo su protección los ciudadanos sentían que podían llevar una vida próspera y tranquila. Pero ahora que han perdido el favor del más grande de los dragones, el Dragón Venerable, las cosas se han vuelto complicadas. Ante la incertidumbre, la población abandona la ciudad en busca de un nuevo hogar donde poder continuar con su apacible existencia. Tú eres el dueño y señor de un reino cercano y ves la oportunidad de darles la bienvenida, pero para que se quieran quedar en tu ciudad necesitas un castillo que les inspire, que les proporcione seguridad física  espiritual.

Al inicio de la partida se usan las 116 fichas de juego para construir el Castillo del Dragón. Cada jugador por turno, tiene tres acciones entre las que elegir. La primera acción es coger del castillo una pareja idéntica de fichas disponibles. Siempre se coge una ficha del piso superior del castillo y luego otra de cualquier parte mientras sea idéntica en forma, tipo y color y tenga libres uno de sus extremos largos. Esas fichas se llevan al tablero del reino del jugador, en el que debe formar grupos de fichas del mismo tipo lo más grandes posible. Al formar estos grupos se consolidan colocándolos boca abajo. Después se puede continuar poniendo fichas en cualquier casilla vacía del tablero o sobre una ficha de las que están boca abajo. Además de obtener puntos por conseguir grandes grupos de fichas, se pueden hacer santuarios que proporcionan puntos de victoria adicionales, pero también limitan las opciones de construcción.

Se pueden usar las cartas espirituales para darle la vuelta a la partida con sus habilidades especiales, a cambio de sacrificar fichas o santuarios. Otra carta especial es la del dragón, cuyos requisitos de construcción debes cumplir para lograr puntos de bonificación. Cuando el Castillo del Dragón original no tenga más que un piso, el juego se puede dar por terminado. Después de la ronda final, el jugador con más puntos gana la partida y se convierte en el respetado señor del nuevo Castillo del Dragón.