Chicago, años 30. La Ley seca está vigente pero eso no impide celebrar fiestas en los cada vez más comunes bares clandestinos con poker, música, cantantes, bebida y mucha diversión; pero este local es centro de muchos negocios turbios lo que hará que la velada sea muy… entretenida.

Ideal para grupos de 15 a 25 personas con ganas de pasar una noche diferente, con mucha interacción y diversión. Hay roles para parejas, solteros, amantes y todo lo que puedas imaginar.

Se puede realizar en nuestro local o a domicilio, para lo que requiere de un espacio de 2 o 3 habitaciones o un sitio diáfano de unos 80 – 100m2.

Aquí no hay reglas ni instrucciones, esto no es un juego de rol, aquí todo el mundo actúa en libertad con la información que posee de su personaje. El guía solamente ayudará a que la fiesta avance si los participantes se quedan atrapados en algún punto.

Habrá misterios y puzzles donde encontrar pistas para resolver como en un Escape Room por lo que necesitarás de toda tu inteligencia para ser el primero en resolver el misterio.

El director de juego plantea una situación inicial que implica a todos los participantes y que conlleva varios conflictos cuya resolución debe alcanzarse antes de que acabe la sesión, que suele tener una duración entre dos y cuatro horas. Con algunos días de anticipación al evento, cada jugador recibe una descripción de su personaje y su biografía: quién es, qué sabe, cuál es su implicación en las distintas tramas argumentales y cuál es su opinión sobre los otros personajes. Además de la información previa, durante la fiesta el jugador recibirá más información del director y de los otros personajes y entenderá rápidamente cuál sería el desenlace más deseable para su personaje y, desde ese punto de partida, podrá planear libremente su estrategia para lograrlo: cooperación, intriga, diplomacia, seducción, súplica o incluso un arsenal de embustes son herramientas válidas para casar a tu personaje con la presidenta de la compañía, sacarlo de un hospital psiquiátrico de pesadilla o convertirlo en el director de un circo de freaks.